martes, 2 de septiembre de 2014

Crónica

¡Basta de bullying!¿Qué les hice?

Al oír la alarma, Pedro se despertó e instantáneamente dijo: - No quiero ir a la escuela, ¡No quiero! Solo quiero dormir. 
Permaneció acostado un rato más, miraba al techo, daba vueltas para un lado y otro de la cama, y se preguntaba tomándose la cabeza: ¿Por qué tengo que ir a la escuela?.  
Desde la cocina, su madre que estaba preparando el desayuno le avisó: 
-Arriba Pedro, son las 7. Levántate y veni a desayunar que vas a llegar tarde.
El año recién comenzaba, era un 10 de Abril y Pedro deseaba que finalice. Fastidiado se preguntaba: -Ufa, ¿Cuándo va a terminar este infierno?. 
A pesar de su desgano, se levantó.  Primero fue al baño, luego volvió a su dormitorio a vestirse mientras decía: -Nadie me entiende, solo pido quedarme a dormir.
Pedro tenía 15 años,  su pasión eran los libros y detestaba los deportes, actitud que era causa de bromas entre los chicos de su edad. Físicamente era pequeño, y sumado a su falta de interés, esto generaba quedar excluido en los partidos de fútbol que se organizaban en el colegio.
Antes de ir a desayunar, quedó unos instantes observando los libros que tenía en su habitación. En el inventario de cosas que había allí, estos predominaban. Eran sus mejores amigos, sobre todo los de Julio Cortázar, su ídolo. Él los contemplaba y pensando en voz alta expresó: -Por suerte existen ustedes.
Mientras desayunaba le comentaba a su Mamá que no quería ir a la escuela, y se excusaba: -Che Mamá, no me siento bien,  me duele todo el cuerpo. 
Sin embargo, su madre le respondió: -No Pedro, no podes faltar. Recién empieza el año y vas a acumular, innecesariamente, faltas.
Entonces Pedro demostrándole fastidio tomó su mochila, y a paso lento y cabeza gacha, se fue caminando rumbo a la escuela. Tenía puesto un guardapolvo gris y cargaba con una mochila que le encorvaba la espalda. 
Llego tarde a la escuela, su curso ya estaba en el aula. Entonces apuró el paso para que no le pongan tardanza. Casi corriendo y exhausto entró a la clase. Saludó a su profesora de inglés que estaba en su escritorio y sin levantar la vista se dirigió a su banco.
Mientras tanto, la docente avisaba que la clase iba a ser dinámica: -Bueno chicos, hoy trabajaremos en conjunto, formaremos grupos de a dos y se formularan diálogos. De esta manera vamos a enfocarnos en la producción de preguntas y en la pronunciación.
Bullying moral [1]
No obstante para Pedro, la clase no había comenzado. Su mochila estaba cerrada, sus útiles guardados y él miraba detenidamente el suelo. La profesora atenta a su postura, le preguntó si le pasaba algo y desde el costado, un alumno señaló:-Siempre hace lo mismo profe, busca protagonismo.
En cambio ella insistió en saber,  pero Pedro expresó que nada le ocurría. Entonces, le pidió que se acomode adecuadamente para la clase, y le consulto: Pedro, ¿Podrías preguntarle a Juan sobre lo que hizo el fin de semana? 
Esto generó que desde el fondo del aula un grupo de sus compañeros empiecen a reírse y a cantarle:- Cerebritooo, cerebritooo, cerebritoooooo
Ante la falta de respeto, la maestra avisó que pondría amonestaciones ante algún otro comentario descalificador. Igualmente los murmullos continuaron.  
El timbre sonaba indicando el horario del recreo, momento en el que decenas de chicos ocupaban el patio. Se observaba que estos jugaban, se reían, mientras Pedro estaba en un rincón aislado de todo eso.   
 En esa soledad, él disfrutaba de comer un sándwich de jamón y queso, aunque de a ratos se interrumpía ante el acoso de un grupo de compañeros que lo molestaban. Estos, pegandole palmadas en la cabeza y riéndose le decían:- Dale librito danos un poco del sándwich, no seas egoísta. ¿Te lo vas a comer todo? ¡Gordo!
 El hostigamiento prácticamente duró todo el recreo. A pesar de la constante agresión Pedro no lloró, solamente suplicaba:-¡Basta! dejen de molestar, ¿Qué les hice?  
Él parecía no entender que pasaba, no sabía por qué se la agarraban siempre con él.
Cuando el timbre volvió a sonar, la violencia cesó por unos minutos. Todavía quedaba una materia, era informática en la sala de computación. Pedro fue hasta su aula a buscar un cuaderno y luego se dirigió para la sala en la que los esperaba su profesor. En el recorrido se podía escuchar que sus compañeros lo empujaban y le decían: -Dale pavo apurate, ni para caminar servís. 
Bullying físico [2]
Y ante la provocación, él avanzaba sacándolos con sus brazos y expresaba: -Dejen de joder, molesten a otro.
Eran las 11 y aún faltaba una hora para irse a su casa. Como cada uno de sus compañeros, Pedro estaba trabajando con su correspondiente computadora. De repente, a través de Facebook comenzó a circular una foto que hacía alusión a Pedro. 
El profesor caminaba el aula pero daba la sensación que no estaba allí. Pero cuando por un instante salió de la clase, Pedro fue blanco de papeles, tizas que le arrojaban y en el pizarrón le dedicaron un dibujo. La dedicatoria mostraba a una persona con cara de libro, arriba aparecía su nombre y por el resto de la pizarra insultos como: Gordo, feo, maricón, cerebrito.
A las 12 el timbre señalo el regreso a casa. Pedro retornó a paso lento, cabeza gacha y con la espalda aún más encorvada. Al llegar a su casa la madre lo vio mal y le preguntó al saludar:
-Hola Pedro, ¿Cómo estás? ¿Te sucede algo?
Y como de costumbre, dirigiéndose a su habitación, él le dijo: - No, nada me pasa Mamá. Solamente estoy cansado, quiero dormir.  
 "BULLYING", Cortometraje realizado por alumnas del colegio Normal 9-001 de San Martin (Mendoza). Ademas Fue el ganador, de entre 48 propuestas, del Primer Concurso Sobre Violencia Escolar de la Zona Este "Jóvenes, Aulas y Comunidad en Paz", organizado por la Escuela Nº 4-208 Prof. Domínguez de Junín.


NAHUEL VAZQUEZ





[1] Recuperado de: http://proyectodelbullying.blogspot.com.ar/
[2] Recuperado de: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwBYP3RFc47ub9cRTwfEeO1wJZrhIUnI_Q1ld_-Bd8bkaVMdWolr7ymkfsWM_Trr8PiBGr3OHSmroXGmTysU7fhbzO2SYEO7SmHQYcgIbzYfoDNzOMJjvxZpy0pTd48OXD04NwYkM4uE5H/s1600/Capitulo+3+EL+Bullying.jpg






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